La tarjeta de crédito es una valiosa herramienta que te permite hacer compras o disponer de dinero cuando no tienes efectivo. Pero lo primero que debes saber es que no se trata de un ingreso adicional, sino de un crédito, es decir, recursos que deben ser pagados con interés en un plazo definido.

Cada vez que usas tu tarjeta de crédito, la institución emisora cubre este consumo y más tarde tendrás que pagar por él. La cantidad de la que puedes disponer en una tarjeta de crédito se conoce como límite de crédito y es acordada con el emisor de la tarjeta al inicio del contrato.

Los consumos que realices con tu plástico pueden generar un adeudo que implica la asignación de intereses.

En nuestro país, alrededor del 30 por ciento de los tarjetahabientes utiliza la tarjeta de crédito de manera adecuada, es decir, que la tasa de interés que paga es del cero por ciento. Mientras que cerca del 70 por ciento de las personas la utiliza en condiciones altamente costosas.

Información de la cuenta

En tu estado de cuenta aparecen diversos conceptos que es importante que entiendas para manejar adecuadamente tu tarjeta de crédito.

Fecha de inicio: la mayoría de las tarjetas llevan el registro de los consumos en un periodo de 30 días. Por lo que es importante conocer la fecha a partir del cual comienza a correr el periodo.

Fecha de corte: es el día de cada mes en que termina e inicia un nuevo período, en el que el banco registra todo lo que has gastado.

Fecha límite de pago: es el último día que tienes para pagar el consumo realizado con el plástico en el periodo anterior y no caer en morosidad. El truco está en hacer tus compras después de la fecha de corte, con lo que tendrás alrededor de 50 días para pagar.

Al llegar la fecha límite de pago tienes tres opciones:

Pago mínimo: de acuerdo al total de los consumos que hayas realizado en el mes, la emisora de la tarjeta hace un cálculo de la cantidad mínima que necesitas cubrir para estar al corriente con el pago.

Pago mayor al mínimo: la cantidad sobre la que se generarán intereses será menor, por lo que podrás pagar el adeudo en menor tiempo y la cantidad final será menor que si solo hubieras realizado los pagos mínimos.

Pago total: no tendrás que pagar intereses por tus consumos. Pero es importante recordar que aunque no pagues intereses, es necesario cubrir las comisiones o cuotas establecidas en el contrato de la tarjeta.

Consejos para pagar rápido la deuda de tu tarjeta de crédito

No te fíes de los pagos mínimos. Estos programas no están diseñados para sacarte de deudas, ya que los cargos por intereses son una de las principales formas en que las instituciones financieras ganan dinero. Por lo tanto, lo mejor para ellos es que sigas endeudado el mayor tiempo posible.

El pago mínimo no es constante, cada mes será menor conforme al nuevo saldo, bajo el supuesto de que no realices más compras durante el tiempo en que desees liquidar tu deuda.

Debes tomar en cuenta que el abono al capital será pequeño, ya que la mayor parte de tu pago cubre el IVA, las comisiones y los intereses, el restante se destina a la reducción de la deuda.

¡Deja de gastar! El error más grande que la mayoría de las personas comete cuando pagan la deuda de la tarjeta de crédito es que no dejan de usarla.

Si una solución no funciona, busca opciones. No esperes a que la primera opción de pago falle. Tan pronto como sientas que hay problemas, ajusta tu estrategia. Pero, en cualquier caso evita los pagos tardíos o perdidos.

Opciones para pagar

Para que no te preocupes por las diferentes fechas y conceptos de pago, muchos bancos ofrecen diversos servicios que facilitan el proceso como domiciliar el pago, con lo cual ahorras tiempo y esfuerzo, porque en cada fecha límite de tu tarjeta se hará el cobro a tu cuenta bancaria automáticamente.

Hacer uso de las tecnologías representa una gran ventaja, pues puedes dar de alta tu tarjeta y por medio del banco en línea revisar tu estado de cuenta, lo que implica que puedes depositar de tu cuenta de ahorros. Asimismo cuentan con aplicaciones para teléfonos inteligentes donde puedes hacer manejos de tu cuenta, teniendo acceso a ella en todo momento.

La mayoría de los bancos tienen nuevos cajeros que no sólo sirven para retirar efectivo, también para realizar depósitos donde puedes ingresar tu tarjeta o transferir desde una cuenta a otra para realizar el pago. También puedes pagar directamente en la ventanilla del banco y depositar la cantidad que quieras.

La atención telefónica es un servicio que los bancos ofrecen a sus clientes donde también puedes realizar el pago por medio de un operador. Además puedes consultar cargos y otras dudas que tengas sin cargos extra. Otro medio accesible son las tiendas de autoservicio con las cuales muchos bancos tienen convenio para que puedas hacer los pagos en caja.

Como puedes ver, hay varias opciones para realizar el pago de tu tarjeta y no caer en morosidad. Pero el punto más importante es que conozcas el uso correcto de la tarjeta de crédito y aproveches sus beneficios, aunque debes ser muy responsable con este instrumento financiero.

Lo ideal es que te ajustes no solamente a tus ingresos si no a tu capacidad de pago (es decir, tus ingresos, menos gastos fijos). Todas las decisiones en el manejo de tu tarjeta de crédito se verán reflejadas en tu reporte de crédito en Buró de Crédito, por lo que conviene ser siempre un pagador puntual.