Cuando nos vemos inmersos en una situación económica apremiante y no contamos con la suficiente solvencia para salir de nuestro problema, lo primero en lo que pensamos es solicitar un préstamo, pero a veces se complica tanto la situación que pensamos que quizá pedir un segundo préstamo nos puede ayudar para contar con el efectivo que necesitamos para salir del hoyo.

Pero nada más fuera de la realidad, pues inevitablemente esto se transformará en una bola de nieve que crecerá y puede afectar severamente nuestras finanzas personales. La mala administración del dinero tiene como base la falta de un presupuesto mensual de nuestros gastos fijos.

Existen muchas razones por las cuales podemos requerir un segundo préstamo, ya sea para cubrir el primer adeudo, para una urgencia o imprevistos, sin embargo, es importante considerar algunos aspectos como nuestra capacidad de endeudamiento, tasas de interés y plazos de pago, antes de solicitarlo.

No tenemos que ser expertos en finanzas para saber que tener dos préstamos al mismo tiempo es un grave error, pues no solo nos endeudamos con el primero, sino que deberemos pagar el capital, los intereses, las comisiones y todos los gastos que esto conlleva.

Para cumplir con las condiciones de dichos préstamos, debemos calcular de cuánto es la deuda que nos falta cancelar, luego, a través de un presupuesto minucioso, descifrar cuáles son nuestros ingresos ciertos y cuáles son los gastos fijos para saber con qué diferencia contamos para pagar la deuda.

Hoy en día existen todo tipo de instituciones financieras que pueden brindarnos un segundo préstamo, pero no todas son confiables y algunas opciones podrían comprometer nuestros ingresos o incluso nuestro patrimonio. 

¿Por qué sí pedir otro préstamo?

Si no sabemos administrar bien dos créditos, podríamos caer en un círculo interminable de deudas. Pero esta herramienta crediticia puede ser de gran utilidad para ayudarte en determinados casos.

La única razón conveniente para tener más de un crédito es porque se aplicará la estrategia “deuda cara, deuda barata”, esto quiere decir, un crédito a la medida que no implique imposibilidad de pago y uno de emergencia. 

De esta forma puedes pagar tu adeudo por completo y continuar abonando a un segundo crédito que sea mucho más sencillo de solventar y se ajuste a tu bolsillo. Pero solo es recomendable si se administra bien.

Aunque sacar un préstamo para pagar otro no es una práctica financiera recomendable, bajo ciertas circunstancias puede resultar benéfico al buscar una fuente de financiamiento más barata, pues nos permite alcanzar un esquema de pagos a nuestra medida.

Esta es una de las prácticas financieras más nocivas pero que los mexicanos practican con cierta frecuencia. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2015, 11.7 por ciento de las personas que habían sacado un crédito tenía el propósito de usarlo para pagar un adeudo.

Para diferenciar una deuda cara de una barata, hay varios rubros que debemos evaluar.

El primer rubro en el que muchas personas se fijan son los intereses. Este es el costo que la entidad financiera cobra por otorgar un financiamiento, pero ojo: no es el único cobro que realiza.

Dependiendo del tipo de préstamo (mediante una tarjeta de crédito, un financiamiento personal o de nómina, por mencionar algunos), el banco podría cobrar un seguro asociado al crédito para que en caso de desempleo, por ejemplo, podamos estar al día con los pagos; también podría haber comisiones por la apertura del crédito que son un porcentaje sobre el monto prestado.

Son varios los costos que pueden ir asociados a un crédito, pero para no confundirnos, debemos fijarnos en un solo indicador: el Costo Anual Total (CAT), medida estandarizada del costo de un financiamiento que permite al usuario comparar entre un préstamo y otro para saber cuál es más barato, ya que muestra el costo real del crédito.

Dicho esto, la regla es más clara: pedir un préstamo para pagar otro cuando el CAT del segundo crédito es más barato que el primero.

Ahora, habrá que tomar en cuenta algunas recomendaciones antes de solicitarlo:

  • Evalúa si solicitar un segundo préstamo puede ayudarte a solventar gastos o si por el contrario, podría afectar aún más tu situación económica.
  • Considera cuánto tendrás que pagar y por cuánto tiempo, si el tiempo de endeudamiento no afecta tu estilo de vida o los pagos de tu primer préstamo.
  • Mantén bajo control tus demás deudas antes de solicitar un segundo préstamo.
  • Analiza todas las opciones que tienes para obtener un segundo préstamo y elige la que más te convenga y se ajuste a tus necesidades de pago, plazos, tasa de interés, entre otros.
  • Asegúrate de que la entidad financiera que elijas esté debidamente registrada y validada por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

Antes de pedir un préstamo debes considerar el estado de tus cuentas personales y pensar cómo es que vas a pagar el préstamo y cuánto dinero necesitas realmente. Pues tener muchos créditos puede volverse negativo si a fin de mes vas a tener que pagarlos todos y el dinero no te alcanza.

Evita recurrir a varios créditos a la vez, y si lo haces, asegúrate de no sobrepasar tu capacidad de pago. Mejor enfoca todos tus esfuerzos para pagar un crédito a la vez  y de esta forma mantendrás ordenadas tus finanzas y evitarás caer en una crisis económica por culpa de los préstamos.

Pedir un crédito puede ser una buena opción para salir de un momento complicado en el que económicamente no nos está yendo bien. Pero hay una regla de oro que hay que seguir: un crédito a la vez.